miércoles, 13 de enero de 2010

en las noches como hoy

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En las noches como hoy, son en las que más me odio.
No lo puedo creer.
Es como si todo hubiera sido al pedo.
Me siento un fracasado boludo.
Me odio. Me doy pena. Siento lástima de mí.
No puede ser. No puedo haberte querido tanto.
Pero, en el fondo sé que sí.
Te amé. Te amé con el alma, con locura.
Me diste lo mejor. Fui feliz, me hiciste feliz y yo a vos
también.
Pero no puede ser.
Tanto me cuesta acostumbrarme a que no estés??
Me hace mierda porque te extraño.
Venía bien. Traté (y de hecho logré) empezar a hacer
que ocupes el lugar que quiero que ocupes; el de un
recuerdo hermoso.
Ya no lloraba. Hace mucho que no lloro.
Ni por vos, ni por nada.
Ni por nadie.
Se que no estoy listo para enamorarme de nuevo;
tampoco conocí a esa persona (la próxima), que me
haga sentir lo que sentí por vos cuando te vi por
primera vez.
Intenté seguir el concejo: seguir con la rutina de
siempre, con mi vida normal.
Al principio me costó, porque ya nada iba a ser normal
sabiendo que te fuiste y que no pensabas volver.
Sentí que me caía, que me moría por dentro. Estaba
hecho un zombi, un muerto vivo que llevaba papeles
de un lado para otro, sin nada que me moviera, que
me diese motivo, ni siquiera el sueldo a fin de mes.
Una cagada.
Pero eso se suponía que ya pasoo!!
Y es que ya paso.
Pero no puedo evitar extrañarte en las noches como
hoy; cuando sin motivo alguno se me da vuelta todo,
después de meses, después de que pasaron las
fiestas, los brindis, los fuegos artificiales, los saludos
de fin de año, y la gente que se acuerda de uno solo
para navidad.
Pensé que vos también habías pasado.
Que formabas parte de un año, de una cosa pasada.
Hoy me di cuenta de que no, de que por más que trate
no te puedo olvidar (y no quiero, quiero aprender a
recordarte sin lágrimas).
Y verdaderamente sentí que lo había logrado.
Pero te extraño. Más allá de que no sé porque te
fuiste, ni que paso con eso que sentías por mí, más
allá de lo lindo que fue lo que paso entre nosotros y
de lo bien que terminaron las cosas (mejor imposible).
Más allá de todo, te extraño.
Mi cuerpo no se acostumbra a no tenerte cerca, a no
sentir ese abrazo, esa caricia, ese perfume que tanto
me gustaba respirar cuando estabas dormido al lado
mío.
La sola idea de pensar que en este momento podes
estar sintiendo cosas por alguien más me mata.
Es algo que no me atrevo ni a pensar. Imaginar por
tan solo un momento que podes tener entre tus
brazos a alguien que no sea yo me deja al borde de
la locura.
Por eso no puedo pensarlo.
Por eso tampoco puedo verte. No quiero. Si te veo sé
que me voy a volver a enamorar. Y no quiero. Sería lo
peor que me puede pasar (y menos si te veo felíz con
alguien más). Sé que suena egoísta. Y si me lo pongo
a pensar tal vez descubra que es lo más egoísta
que se me pueda ocurrir.
Pero es lo que siento.
Yo sé que tengo que seguir adelante, que intentar
conocer a alguien más, que me pueda dar lo que
vos ya no podés. Sé que no puedo estar atado a un
pasado que por más que fue hermoso hoy no me
sirve para nada.
Ya renuncie a los sueños que tenía con vos.
Lo entiendo.
Te juro que todo lo que tenía para entender
lo entiendo.
Pero evidentemente con entender no alcanza.







Estoy cansado.
Había empezado a escribir algo para La Maga, pero
terminé escribiendo lo que realmente necesitaba;
como suele suceder.

Janis Joplin suena de fondo.
La luz de casi las 6 de mañana entra por la ventana,
y ni me deja a oscuras ni me deja ver.
Prendo y apago la luz. La prendo. Me duelen las
piernas. Me refrego la cara. Me saco las lagañas que
todavía ni empiezan a asomar.
Los ojos me arden (tal vez sea el humo). Las colillas
se reproducen en mi gigantesco cenicero. Y mi
trastorno obsesivo compulsivo de pasarme las manos
por el pelo no me deja en paz.
Y tu sonrisa tampoco.
Esos ojitos verdes y esa risa bonita van a hacer que
hoy me cueste dormir.



No sé si lo de hoy fue una recaída.
Tal vez esto me cueste más de lo que creí.
Tal vez sea una buena señal.


Creo que lo que necesito es Tiempo.
Tiempo para terminar de desprenderme.
Tiempo para dejar que alguien más ocupe ese lugar
que ahora está vacío y con el cartel de “se alquila”.


Soy de los que creen que lo último que se pierde
es la esperanza. Y yo no la perdí.


(Creeme que voy a estar mejor.
En el fondo yo también lo creo).


Te quiero Gurí Hermoso. . .


Que descanses. . .


=)

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